Las gafas de realidad virtual y el desarrollo de programas informáticos de diseño en tres dimensiones (3D) han saltado desde el mundo de los videojuegos hasta el diseño industrial de una manera fluida y natural. Y, en especial, el sector de la automoción no sólo lo ha asumido de una manera muy rápida, sino que también está impulsando nuevos avances en su desarrollo al experimentarlo y usarlo en nuevas y muy diveras aplicaciones gracias a su fuerte inversión en I+D.
El caso es que lo virtual ya ha inundado todos los aspectos de la industria automovilística y ‘amenaza’ con convertirse en una herramienta definitiva no sólo en los laboratorios, sino también en las líneas de producción, los talleres y los concesionarios hasta llegar en una espiral inversa hasta su auténtico origen: el deseo de compra del usuario.Conceptos como la conducción autónoma son ya analizados en Volvo antes de ponerlos en práctica gracias a los hologramas de Hololens de Microsoft.
El diseño en tres dimensiones permite acortar los plazos y reducir gastos en la generación de prototipos de cualquier pieza del automóvil. El siguiente paso, el ensamblaje, también se realiza ya en un ‘medioambiente’ en 3D, en el que los ingenieros incluso mueven los componentes mediante gestos, girándolos, moviéndolos y acoplándolos en un espacio virtual con controladores parecidos a los usados en los videojuegos.La proyección de especificaciones de datos puede ser muy útil en las líneas de montaje cuando la personalización de los automóviles llega a extremos antes insospechados.
También las inspecciones de calidad se resuelven con mayor facilidad si podemos comprobar detalles de los productos y sus componentes de una manera sencilla e instantánea como sucede en la fábrica de Spartanburg de BMW. Por supuesto, la proyección de videos de montaje durante el proceso de reparación de ciertas piezas complicadas puede ser de enorme ayuda en los talleres mecánicos, máxime si estos se pueden visualizar al mismo tiempo que se realiza la operación.También es de ayuda realizar fotos e incluso grabar videos de reparaciones complicadas para enviarlas a analizar a expertos que puedan estudiarlas y devolver feedback.
La venta puede simplificarse si es posible ver modelos, colores, etc., con unas gafas Oculus Rift. Y esto es posible hacerlo en el concesionario o en cualquier otro espacio como centros comerciales, aeropuertos o la propia casa del comprador. Por último el márketing y la publicidad ya tienen una nueva herramienta pues, por ejemplo Mini en colaboración con Google, ha lanzado unas películas que se pueden ver en 360º si se dispone de unos sencillos visores hechos de cartón y unas lentes.