La innovación es una disciplina. Así se postula el profesor de Estrategia e Innovación en la Babson University en Boston (EEUU), Jay Rao, cuando aborda el papel de la innovación. La equipara a las finanzas, al márketing o a la psicología. «En el pasado solíamos pensar que la innovación es invención o I+D», señala. Sin embargo, hoy sólo puede haber innovación si existe un conocimiento dentro de una compañía que otras no tienen: «la innovación, sobre todo en las grandes compañías, nace de un conocimiento diferente al de mis competidores».
Rao plantea una teoría en la que conviven diferentes tipos de innovación: la eficiencia operacional que destruye puestos de trabajo, la de sustitución –en ella un producto ocupa el lugar del otro–, que es neutral, y la que crea soluciones radicalmente nuevas y genera miles puestos de trabajo.
«La innovación es una disciplina diferente a la economía o la psicología. No hay reglas, ni lógicas naturales. Son sólo principios genéricos, una estructura, conceptos y modelos», distingue. Se convierte así en una metadisciplina que encuentra una traslación a otras materias: «va desde el márketing a la ingeniería».
Dotar de impulso a la innovación es esencial para la supervivencia de las empresas, según este experto en la implementación de iniciativas innovadoras en compañías, así como en emprendimiento.. «En los últimos treinta años hemos visto que las compañías mueren más rápido».
Se remite a datos de los EEUU, donde en 1960 las empresas vivían 60 años. Mientras, hoy una gran compañía estadounidense vive, de media, de 15 a 20 años. Con todo, «las start ups lo tienen más difícil para sobrevivir, experimentan muchas dificultades para escalar sus operaciones».
Aún cuando en el pasado se consideraba que la tecnología y el dinero eran los mayores impulsores de la innovación, hoy es la cultura empresarial la que hace de guía, según el experto.
Por este motivo, es importante democratizar el acceso al aprendizaje, a las herramientas, los conceptos básicos y el marco de la innovación «para que todo el mundo tenga oportunidad de aprender». Una vez adquiridas tales dotes, Rao insta a «ponerlo en práctica. La innovación radical incrementará, también, de forma increible».
Son seis los pilares que incluye este experto en la cultura de la innovación. Por un lado, los recursos, los procesos, las métricas, los valores y los comportamientos que constituyen los imputs. Y luego, las métricas y el clima que constituyen los outputs. «Es imprescindible manejar estos seis pilares para tener una cultura de la innovación».
Y aunque la innovación llena la boca, de puertas para afuera, de muchas empresas, aún se encuentra en sus estadios iniciales. «La innovación en sí misma no ha sido dominada en ninguna compañía», asegura. Es más, Rao apunta que si la tecnología promueve la innovación, nunca debe ser confundida con ella. «La tecnología está disponible para muchos, pero se utiliza de forma inadecuada. Por eso muchas innovaciones no sobreviven en el mercado».
Es aún más importante esta disciplina para las start ups: «No tienen un nombre de marca, no tienen capital, por eso tienen que ser buenas en innovación. Deben que identificar huecos en el mercado para ser buenos y establecerse», dice y confirma: «la innovación y la creatividad son el arma del emprendedor». Se está poniendo gran énfasis en trabajar la innovación, según explica, desde metodologías como el desing thinking, el lean start up, o la agile entre otras, así como la innovación abierta.
Esta última es la que Rao identifica como una de las grandes tendencias actuales dentro de esta disciplina. «En el pasado solíamos llamarlo joint venture», recupera el experto. En cualquier caso, esta forma de colaboración pueden surgir soluciones a los problemas futuros. Aún así, «estamos lejos de dominarla».
Fuente: El Mundo Mercados