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Solo nueve provincias españolas concentran el empleo cualificado y tecnológico y la innovación en España

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Nueve provincias españolas, las que albergan las ciudades más grandes y tienen la mayor densidad demográfica, concentran el 71% del empleo en sectores TIC y el 60% de las patentes.

Las ciudades con más residentes y mayor densidad demográfica -aquellas con una densidad mínima de 1.500 habitantes por km2 y un umbral mínimo de población de 50.000- tienen los mejores indicadores de la economía del conocimiento, según concluye un informe publicado hoy por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE).

Estas nueve provincias –Álava, Barcelona, Cádiz, Madrid, Sevilla, Valencia, Valladolid, Vizcaya y Zaragoza– concentran el 44% de la población española, pero su peso alcanza el 71% en cuanto a población ocupada en actividades relacionadas con las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) y reúnen el 60% de la concesión de patentes en España. En el otro extremo se encuentran las provincias de Huesca, Segovia, Soria y Teruel.

«Las empresas y los trabajadores alcanzan niveles más elevados de productividad allí donde las aglomeraciones urbanas son más densas y de mayor dimensión, y también es en estas zonas donde suele concentrarse la mayor parte de la actividad innovadora que se lleva a cabo en un país», señala el informe, extraído de la monografía La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento.

LAS GRANDES CIUDADES SON MÁS CAPACES DE INNOVAR

El informe explica que las ciudades más pobladas facilitan la división del trabajo y producen más presión competitiva que selecciona a las empresas más capaces. Asimismo, se aprovechan mejor las infraestructuras y los servicios comunes: todos estos factores ofrecen a las empresas la posibilidad de compartir proveedores especializados y de disponer de trabajadores más cualificados.

Por último, las ciudades grandes impulsan el desarrollo de una cultura favorable a la innovación, que puede manifestarse en forma de esfuerzo en I+D, capacidad de generación de empleo de alta cualificación, solicitudes de patentes, y otros indicadores relevantes.

Si estas provincias se ordenan jerárquicamente de acuerdo con la proporción de su población que reside en aglomeraciones urbanas de alta densidad, Madrid es la que tiene una proporción más elevada (80,6%), ya que cuenta con una aglomeración donde viven 5,2 millones de personas, sobre un

total provincial de 6,4 millones. Le siguen Barcelona (72,9%), Álava (72,8%), Vizcaya (68,3%), Zaragoza (64,1%), Cádiz (61,6%), Valladolid (57,4%), Valencia (57,4%) y Sevilla (52,2%).

«Estas nueve provincias, situadas en el estrato o quintil formado por el 20% de las provincias donde más pesan las aglomeraciones urbanas de alta densidad, suponen el 44,5% de la población española y el 50,7% del PIB, pero albergan el 71,1% de la población ocupada en sectores de las tecnologías de la información y la comunicaciones (TIC) y reúnen el 60,5% de la concesión de patentes en España», detalla el trabajo de la Fundación BBVA. «También su peso en la población ocupada en actividades de elevada cualificación (54,5%) supera al que poseen respecto a la población total».

LA I+D+I SE AGLUTINA EN MADRID, PAÍS VASCO, NAVARRA Y CATALUÑA

Cuando se analiza la importancia en proporción al PIB del gasto conjunto en I+D e innovación (I+D+i) realizado por esos tres agentes económicos se aprecia que la Comunidad de Madrid figuraba a la cabeza en 2014, con el 3,15% de su PIB, seguida del País Vasco, Navarra y Cataluña, que superaban el 2%, y de Aragón, con el 1,6%.

«La distancia era considerable respecto al grupo de regiones donde la importancia relativa de este gasto era menor -Asturias, Extremadura, Castilla la Mancha, Baleares y Canarias-, en donde no se alcanzaba el 1% del PIB».

Los expertos han hallado una correlación positiva a nivel provincial entre el peso de la población residente en aglomeraciones urbanas de alta densidad y la actividad innovadora, medida a

través de la concesión de patentes y el peso de la población ocupada en actividades TIC y ocupaciones altamente cualificadas. Lo mismo ocurre en el caso del gasto en I+D por habitante de las administraciones públicas y las universidades, y el gasto en innovación por habitante de las empresas.

El trabajo apunta que las características del tejido empresarial, la dotación de capital humano y las infraestructuras físicas potencian la economía del conocimiento y al desarrollo económico, lo que favorece la transmisión de nuevas ideas y de conocimientos y aumenta el potencial para atraer a profesionales altamente cualificados.

«La amplitud local del mercado de trabajo y de consumo permite asimismo el desarrollo progresivo de funciones de orden superior en aspectos como la administración, las finanzas, la educación, la sanidad, la cultura y las comunicaciones, que acaban reforzando su atractivo para la localización de empresas, y favoreciendo a su vez su crecimiento demográfico».

Fuente: Expansión

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