El dinero para investigación y ciencia aumenta más de un 5%, pero sigue lejos de la media europea

Después de años recortando sobre lo ya recortado desde el comienzo de la crisis económica, la partida destinada a investigación y ciencia consolida el cambio de tendencia iniciado en los presupuestos anteriores. El gasto previsto para I+D en el proyecto de presupuestos presentado este lunes en el Consejo de Ministros vuelve a aumentar, esta vez un 5,1% (un 5,6% si se excluye la investigación militar y sólo se tiene en cuenta la I+D civil), después del 8,3% de aumento de 2018 (un 5,4% en investigación civil).

La partida presupuestaria crece 357 millones en la parte de I+D civil, hasta alcanzar los 6.729 millones de euros; mientras que la dotación para I+D militar pasa de 679 millones en 2018 a 684 en 2019.

Pero quizá el detalle más importante para el sistema nacional de investigación está la letra pequeña de ese incremento. Las cantidades destinadas a la investigación se han dividido casi a partes iguales entre subvenciones -el dinero que va directamente a los grupos científicos- y los créditos disponibles para proyectos concretos y que debe devolverse en las condiciones establecidas por el Estado. Esta segunda categoría suele quedar sin ejecutar en porcentajes que llegan incluso al 60%, lo que sirve a los distintos gobiernos para maquillar las cifras destinadas a I+D engrosando los créditos que nunca se llegarán a conceder, pero que aumentan la cantidad total destinada, en principio, a la investigación.

Este año, sin embargo, no se trata de un aumento ‘ficticio’ basado sólo en engordar los créditos financieros. De hecho, estos aumentan sólo un 3,9% (se elevan a 3.884 millones de euros), mientras que el dinero ‘real’, la subvención directa, crece 212 millones de euros (situándose en 2.845 millones de euros), o que supone un 8% respecto a 2018.

Lejos de las potencias europeas

Según cita el propio proyecto de Presupuestos Generales recién presentado, es convertir a España en «un país con una economía basada en el conocimiento y que promueva un desarrollo económico justo para todas las personas». Sin embargo, este es un mensaje que se ha repetido de forma incesante en todos los Gobiernos de los últimos años con independencia de si apoyaban económicamente a la ciencia y la investigación o si la recortaban en hasta un 25% anual, como en la primera legislatura de Mariano Rajoy.

En la partida principal del programa de Fomento y coordinación de la investigación científica y técnica, que representa el 44,6% de la totalidad de la política de I+D, también se incluyen los créditos para financiar instituciones de investigación nacionales (consorcios principalmente) y los que se utilizan para atender los compromisos financieros de España en el ámbito internacional mediante su participación en organismos como la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) o el Observatorio Europeo Austral (ESO).

Además, en el proyecto presupuestario para 2019 las subvenciones del Fondo para la Investigación Científica y el Desarrollo Tecnológico aumentan en 111 millones de euros, lo que supone un 19% más que en 2018, con la finalidad de incrementar el importe de las convocatorias de la Agencia Estatal de Investigación, en especial las destinadas a proyectos de investigación, desarrollo e innovación y a acciones y proyectos estratégicos. De hecho, es este organismo el encargado de dirigir la política científica a corto y largo plazo y de asegurar la financiación ágil y flexible de todo el sistema de I+D nacional.

El propio texto del proyecto presupuestario índice en el objetivo de «incrementar progresivamente la inversión pública en I+D+i hasta situarnos en niveles similares a los de países de nuestro entorno y realizar las reformas necesarias para facilitar la ejecución de los presupuestos públicos dedicados a I+D+i». Además, insiste en la necesidad de impulsar la innovación y la inversión privada en investigación e innovación. No obstante, esa meta no es algo ni sencillo ni que se pueda lograr en tiempos electorales. El porcentaje actual del Producto Interior Bruto (PIB) español destinado a I+D+i es, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2017, del 1,2%; mientras que la media europea se sitúa en el 2,07% del PIB y países como Alemania, Suecia, Francia e incluso Portugal están en el 3,02%; 3,25%; 2,25% y 1,67% respectivamente.

Fuente: El Mundo

Imagen: Presupuesto del Estado 2019: Investigacion. El Mundo Gráficos

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