La industria farmacéutica y sus especialistas defienden el esquema de patentes como un incentivo para la innovación, en respuesta a la recomendación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) de incluir en el Reglamento de la Ley de la Propiedad Industrial prácticas de otros países, como la restricción al otorgamiento de patentes secundarias, aquellas que protegen toda mejora después del principio activo.
“El tema de patentes es para innovar, es lo que incentiva. Si tú desarrollas una composición diferente que cumpla los requisitos de patentabilidad, también mereces protección, realmente el sistema no beneficia más de lo debido, no pone en mejor posición a unas empresas que otras; el sistema, como en cualquier otro país, está desarrollado para incentivar y proteger innovaciones”, comentó a El Economista el especialista en propiedad intelectual en biotecnología y derecho de la Universidad Sheffield del Reino Unido, Erwin Cruz.
Asimismo, Rafael Gual Cosío, director general de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica (Canifarma), defendió que existe una total transparencia en las patentes, y expresó que hay una total competencia, donde inclusive la industria de genéricos en México ocupa 84.8% de los 200,000 millones de pesos que vale el mercado de medicamentos, cuenta con la participación de 50 laboratorios, la mayoría de ellos nacionales, el principal es PiSA Farmacéutica.
El estudio en materia de libre concurrencia y competencia sobre los mercados de medicamentos de patentes vencidas, presentado por la Cofece, señaló que los laboratorios generalmente obtienen varias patentes, una principal y varias secundarias, y recomendó seguir el modelo de otros países, como Argentina, Brasil, Israel e India, que han impuesto restricciones al otorgamiento de patentes secundarias, teniendo como resultado que las empresas de genéricos de la India, China y Brasil están creando una fuerte presión competitiva en el ámbito mundial.
En México no hay límite de patentes para un medicamento, cada patente protege un elemento diferente de la innovación: la principal que es para el principio activo y las secundarias que velan por el proceso de creación del principio activo, de la formulación (presentación del medicamento: tableta, solución, inyección, píldora, etcétera), combinación entre sustancias, y hasta las indicaciones de su uso.
El viernes 18 de agosto, el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) publicó la Gaceta semestral de Patentes Vigentes de Medicamentos, integrada por poco más de 750 patentes vigentes, donde se muestra por ejemplo que el medicamento Abacavir tiene en curso dos patentes: una de sustancia activa que vence en mayo del 2018, y otra para la composición farmacéutica que tiene vigencia hasta febrero del 2019.
Erwin Cruz explicó que bajo la cláusula Bolar, los competidores interesados por Abacavir pueden desde el 2015 haber iniciado pruebas con la sustancia activa e ir presentando la documentación de estudio a la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para en mayo del 2018 recibir el registro sanitario y arrancar la comercialización, siempre y cuando no copien la composición farmacéutica, protegida hasta febrero del 2019.
Para conseguir la patente, se requiere cumplir con las características de actividad inventiva, aplicación industrial y que esté verificado; tiene una vigencia de 20 años de los cuales aproximadamente 14 son de investigación, y el tiempo de explotación efectiva se reduce en promedio a seis años, principalmente cuando se trata de la sustancia activa, refirió la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF).
Fuente: El Economista