El sector tecnológico, el farmacéutico y el de automóviles son los que se enfrentana un riesgo más elevado, según la consultora, debido a su dependencia de Internet.
Las empresas podrían incurrir en más de cinco billones de dólares en costes adicionales y pérdidas de ingresos en los próximos cinco años como consecuencia de los ciberataques, casi el tamaño de las economías de Francia, Italia y España combinadas, según el estudio Securing the Digital Economy: Reinventing the Internet for Trust. El informe, elaborado por Accenture con la base de 1.700 encuestas a consejeros delegados y altos ejecutivos de compañías de todo el mundo, apunta a la industria tecnológica, la farmacéutica y la del automóvil como las más expuestas a los riesgos cibernéticos. Sólo la primera se juega más de 750.000 millones de dólares, según la consultora, por los 642.000 millones del sector farma o los 505.000 del automovilístico (ver gráfico adjunto).
Detrás de estos riesgos está la dependencia cada vez mayor que empresas y consumidores tienen de Internet. «Muchas de las cuestiones que afectan hoy a Internet se deben a su rápido crecimiento tanto en usuarios como en aplicaciones. La totalidad de la economía digital es ahora dependiente de Internet», señala el estudio. Cómo dar respuesta a este desafío es el reto al que se enfrentan los CEO y altos ejecutivos encuestados, el 79% de los cuales considera que los avances y el crecimiento se verán obstaculizados a no ser que haya una rápida mejora de la seguridad en Internet.
La investigación señala cómo la rápida aparición de nuevas tecnologías está enfrentando a las organizaciones a nuevos desafíos en materia de ciberseguridad. Así, el 78% de los encuestados admite que su organización está adoptando nuevas tecnologías más rápido de lo que puede abordar los problemas de seguridad que trae consigo.
En este sentido, el informe apunta a la irrupción masiva de dispositivos conectados a través del Internet de las Cosas como una de las grandes amenazas para la seguridad cibernética de las empresas. «El auge del IoT ha expandido la superficie de ataque de las redes empresariales de miles de puntos -como dispositivos móviles u ordenadores portátiles- a varios millones», destaca el informe. Según Gartner, el número de dispositivos IoT alcanzará los 25.000 millones de unidades en 2021.
COLABORACIÓN
En un mundo tan interconectado como el actual, las empresas no tienen los recursos ni la capacidad para garantizar la seguridad de sus organizaciones por sí solas. Un 75% de los encuestados reconoce que estos desafíos requerirán un esfuerzo grupal organizado y un 56% de los ejecutivos daría la bienvenida a regulaciones de negocio más estrictas, impuestas por una organización central u órgano de gobierno.
Hacer trabajar juntas a empresas rivales es una tarea difícil, aunque no imposible. Xavier Mitxelena, director general de Accenture Security España, Portugal e Israel, pone como ejemplo lo sucedido con las entidades bancarias. «El sector financiero es el mejor ejemplo de que se puede hacer de la necesidad virtud. En el ámbito de la banca, los entornos de seguridad están colaborando y compartiendo información de riesgos reales desde hace años. Cuando atacan al primero es mejor que el resto lo sepa para que puedan armar una defensa», señala este experto en ciberseguridad.
Fuente: Expansión