Por qué el seguro teme a los robots

DreamstimeA largo plazo, las máquinas podrían entregar a los clientes las herramientas necesarias para ayudarles a decidir qué seguros son necesarios, lo que perjudicaría seriamente al sector.

Una de las profesiones más complejas del mundo corre el riesgo de ser sustituida. Por un selfie. Para vender un seguro de vida ya no será necesario que las aseguradoras evalúen en profundidad a los clientes mediante complejos mecanismos. En Lapetus, una start up estadounidense, están convencidos de que con un selfie es suficiente.

Gracias al reconocimiento facial, Lapetus puede averiguar en pocos minutos la edad de sus clientes, su índice de masa corporal y si sus hábitos son saludables. Con esta información, la start up estadounidense es capaz de predecir la esperanza de vida con más exactitud que mediante los métodos tradicionales.

El sector de los seguros está preocupado por los avances tecnológicos y el potencial que tiene la Inteligencia Artificial (IA) para revolucionar la industria. Este mes, en el encuentro anual de Berkshire Hathaway, Warren Buffett advirtió de los riesgos que podría implicar la IA para los seguros, en lo que respecta sobre todo al coche autónomo.

La IA puede crear nuevas oportunidades en este sector, pero también supone peligros y no sólo porque las máquinas podrían sustituir a los expertos. A largo plazo, la inteligencia artificial podría otorgar a los clientes las herramientas necesarias para decidir qué seguros necesitan, lo que perjudicaría al sector.

La recopilación de datos es una tarea común del sector de los seguros, en el que se emplean las estadísticas para analizar los posibles riesgos. Sin embargo, gracias a la IA, aumentaría la cantidad de datos que se podrían analizar.

Algunas start up tecnológicas están dispuestas a colaborar con las compañías de seguros para desarrollar nuevos métodos. No obstante, otras start up quieren entrar en este sector y acaparar parte del mercado.

En uno de los últimos eventos que se han celebrado en el O2 Arena de Londres, once startups de seguros presentaron sus proyectos, la mayoría basados en la IA y el aprendizaje automático. La startup Aerobotics utiliza un dron para hacer fotografías de los cultivos y comprobar su estado, mientras que Emerge emplea el aprendizaje automático para ofrecer un servicio más eficaz.

Cuatro áreas que la IA podría cambiar:

LOS SEGUROS DE VIDA

Lapetus emplea la tecnología del reconocimiento facial para analizar la salud de sus clientes. Las redes sociales también son una buena vía para averiguar el estilo de vida de los asegurados. Sin embargo, se ha puesto en entredicho si es lícito investigar los datos genéticos para los seguros de salud. Los inversores ven en estos avances una gran oportunidad. Según Accenture, en 2016, la IA fue una de las principales inversiones del sector de los seguros, superando los 500 millones de dólares.

«La opinión de que la IA puede tener también un impacto a corto plazo está empezando a consolidarse», opina John Cusano, responsable global de seguros de Accenture.

No obstante, por el momento las aseguradoras afirman que la IA es una herramienta de apoyo y no representa ninguna amenaza a su futuro. Gracias a la IA, las compañías han podido mejorar el análisis de datos y la comunicación con los clientes.

LOS SEGUROS AGRARIOS

Los drones han revolucionado los seguros de los cultivos. La start up Aerobotics utiliza los drones para realizar mapas en 3D de los terrenos y analizar los posibles riesgos para las cosechas, como las inundaciones.

Con la cantidad de datos que puede recopilar la IA no sólo se pretende mejorar el servicio que ofrecen las aseguradoras, sino también evaluar de forma más precisa los riesgos de cada cliente.

SEGUROS DE AUTOMÓVIL

El coche autónomo podría revolucionar el sector eliminando los errores humanos y reduciendo los accidentes.

Además, el big data y la telemática están ayudando a detectar las reclamaciones fraudulentas. Los planes para conocer a través de las redes sociales qué personas son más proclives a tener un comportamiento temerario se han rechazado hasta la fecha. «El elemento humano estará ahí, al menos en un futuro próximo. Hace falta entrenar al algoritmo. ¿Qué datos se le pueden dar? ¿Y qué limitaciones? La transparencia es importante y necesitamos saber por qué el algoritmo se comporta de la forma en que lo hace».

En opinión de Brian Modesitt, director gerente de Two Sigma, «las máquinas no sustituirán a la gente en todas partes. En algunos casos es muy complicado».

El dilema de si son las personas o las máquinas las que se encargan de gestionar las pólizas es irrelevante si los clientes deciden que no necesitan su producto.

«Donde habrá un impacto es en la cantidad y en el tipo de seguros que la gente contrata», asegura Henry Burton, director de la start up Artelligen, que pretende aplicar la IA a los seguros comerciales.

«Creemos que esta es una oportunidad para que las aseguradoras desarrollen modelos de riesgos preventivos y permitir que las empresas accedan a ellos también».

LA INDUSTRIA EN GENERAL

El uso de algoritmos y del big data está reduciendo el número de contrataciones en el sector. Además, se están utilizando chatbots, robots capaces de simular una conversación con una persona, para atender a los clientes. Los análisis de datos y la IA pueden detectar fraudes con mucha facilidad.

En opinión de Nigel Walsh, socio de Deloitte, «el futuro de la IA es prometedor. Llegará un momento en el que se crearán pólizas únicas para cada persona. Es un modelo distinto si se evalúa el riesgo persona a persona».

No es ciencia ficción. El coche autónomo es un ejemplo de cómo la tendencia puede marcar una enorme diferencia en la industria. Los fabricantes de automóviles, los proveedores de software y las aseguradoras recopilarán datos del coche autónomo y los utilizarán para evaluar el nivel de riesgo de los coches y el seguro que necesita cada uno.

La cuestión es qué empresa dispone de los datos y la capacidad para analizar estas cuestiones; evidentemente, no tiene por qué tratarse de una aseguradora.

«De pronto, puedo tener acceso a datos sobre la exposición al riesgo de un determinado modelo de vehículo, una información más completa de la que dispondría una aseguradora», explica Nick Daffan, responsable de Informática de la empresa de análisis de datos Verisk.

El broker Autonomous prevé que los coches autónomos reduzcan tanto la cifra de accidentes, que entre 2015 y 2060 caerá un 63% el número de seguros a todo riesgo en Reino Unido.

Sin embargo, no sólo los coches autónomos transformarán el sector de los seguros. Gracias al internet de las cosas, en el que todos los objetos que nos rodean están conectados a la web, todas las personas podrán obtener más datos sobre los riesgos a los que se enfrentan. Por ejemplo, se podría controlar el estado de las tuberías de cualquier hogar o controlar la red informática de una compañía. Si se solucionasen los problemas antes incluso de que ocurran, no habría necesidad de contratar seguros.

Christos Mitas, responsable del desarrollo de modelos de análisis en el grupo RMS, duda que se llegue a esta situación. «No creo que haya algoritmos para los casos de todos los clientes. Se necesitan expertos que analicen y comprendan los datos, no sólo se trata de extraerlos».

En cualquier caso, según las compañías de seguros, la Inteligencia Artificial no hará que desaparezca este sector y las personas continuarán queriendo protegerse ante lo inesperado. Por ejemplo, el ciberataque mundial WannaCry podría hacer que aumente la demanda de seguros cibernéticos.

«Seguirá habiendo riesgos específicos en la sociedad, a medida que se vayan introduciendo cambios en la economía. Si las aseguradoras incorporan nuevas tecnologías, tendrán un futuro prometedor», declara Trevor Maynard, responsable del departamento de innovación en Lloyd’s.

La cuestión que respecta al uso de los datos genéticos en los seguros de salud y de vida es más delicada. Con los avances en las herramientas de análisis, las aseguradoras podrían tasar sus seguros en función de la genética de cada cliente. Muchas personas podrían quedarse sin ningún tipo de seguro debido a sus genes. Por este motivo, el uso de datos genéticos está prohibido en la mayoría de países. No obstante, puede que la situación cambie. «Si los clientes pueden tener acceso a sus datos genéticos, también tendrían que permitírselo a las compañías de seguros. De lo contrario, sería injusto para las aseguradoras», afirma Paul Sharma de la consultora Alvarez & Marsal.

Fuente: Expansión

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